Sube precio de tomate en EUA y baja en México

Precio mínimo podría interpretarse como un reconocimiento implícito de dumping

miércoles, 19 de noviembre de 2025

El futuro de la industria tomatera mexicana enfrenta un panorama complejo para el ciclo agrícola otoño-invierno 2025-2026 ante la reciente imposición de un arancel del 17.09 % por parte del Departamento de Comercio de Estados Unidos sobre las importaciones mexicanas, vigente desde el 14 de julio de 2025. También, los problemas por la agflación, la inseguridad y los bajos precios han afectado las intenciones de siembra en todo el país, principalmente en el estado de Sinaloa.

Así mismo, los precios mínimos para la exportación de tomate establecidos por el gobierno mexicano en respuesta a los aranceles del gobierno de Estados Unidos empiezan a tener repercusiones contra los productores nacionales.

Estas medidas han elevado los precios en aproximadamente 10% en Estados Unidos, han reducido su demanda y se espera que disminuya la participación de mercado del tomate mexicano. Por otro lado, su precio en el mercado nacional sigue sin repuntar. Hasta el momento no se sabe si el estado de Sinaloa pasará de ser el principal exportador de tomate a Estados Unidos a un proveedor más con la reducción de superficie para la próxima temporada.

"En el mercado nacional mexicano, estas medidas han fomentado el sobreabasto y presionado a la baja el precio al consumidor en 12%, en detrimento de los productores", señaló el área de análisis económico de CitiBanamex.

Citibanamex agregó que la falta de una investigación antidumping previa y el contexto político en Estados Unidos podrían limitar la capacidad de México para negociar la eliminación del arancel, manteniendo la presión sobre los exportadores mexicanos.

En ese sentido, dijo que la implementación del precio mínimo podría interpretarse como un "reconocimiento implícito de dumping por parte de México", pues, de lo contrario, la defensa debería enfocarse a demostrar que no se ha incurrido en dicha práctica.

Los precios mínimos anunciados por México constituyen una respuesta para, supuestamente, proteger a los productores frente al arancel recientemente impuesto, pero generan distorsiones innecesarias. En el mercado estadounidense, el aumento de precios esta afectando la competitividad mexicana, mientras que, en el mercado nacional, la medida esta desestabilizando el abasto con presiones bajistas en precios. En conclusión, ambos efectos se traducen en menores ingresos para los productores y exportadores.

Sobre el impacto en Estados Unidos, el arancel de dicho país y los precios mínimos mexicanos elevan el costo del tomate en su mercado, impactando la demanda.

Sin embargo, dado que la elasticidad al precio de la demanda del tomate es moderada, debido a la disponibilidad de sustitutos como el tomate de invernadero estadounidense o importaciones de otros países, México podría perder participación de mercado si los competidores ofrecen precios más bajos.

Además, las barreras arancelarias y las restricciones de precio distorsionan el mercado, reduciendo la eficiencia y generando una pérdida de bienestar para los consumidores estadounidenses, quienes pagan más sin una mejora proporcional en la calidad. Por otra parte, el arancel representa un costo adicional para los exportadores mexicanos, que podría absorberse parcialmente por los productores (en caso de que no sean ellos mismos los exportadores).


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