Se reduce 35% superficie de tomate en Sinaloa

Una combinación de factores que han debilitado la rentabilidad del sector

miércoles, 19 de noviembre de 2025

La temporada anterior, Sinaloa, produjo cerca de 800 mil toneladas de tomate en 11,500 hectáreas aproximadamente, entre campo abierto y la mayoría bajo agricultura protegida, con un rendimiento promedio en la entidad fue de 69.0 toneladas por hectárea. Esta temporada se esperan sólo 7,000 hectáreas, una reducción mayor al 35%.

Enrique Riveros Echeverría, consejero de la Confederación de Asociaciones Agrícolas del Estado de Sinaloa (CAADES), dijo que la baja producción de tomate en comparación con el ciclo anterior tiene que ver con el impacto real de la nueva cuota compensatoria impuesta por Estados Unidos, y que podría modificar las reglas del comercio agrícola entre ambos países.

El dirigente señaló que el problema no radica únicamente en la medida comercial, sino en una combinación de factores que han debilitado la rentabilidad del sector: el tipo de cambio, el aumento en los insumos y la caída en los precios internacionales.

“El año pasado fue muy malo para el tomate. Se vendió barato, los costos subieron y el dólar bajó. Hemos comprado insumos a 21 pesos por dólar y terminamos vendiendo a 18 o hasta 16 pesos. Así no hay negocio que aguante”, comentó.

Sobre la cuota compensatoria del 17.09 por ciento aplicada al tomate mexicano, precisó que no se trata de un arancel, sino de una sanción derivada de una demanda estadounidense por presunto dumping. “Estados Unidos alegó que México vendía por debajo de su costo de producción. Es más una multa que un arancel”, aclaró.

El representante agrícola explicó que, según estudios del CIDH, de cada dólar que paga el consumidor en Estados Unidos por un tomate, solo 25 centavos regresan al productor mexicano, mientras que el resto se queda en manos de intermediarios, distribuidores y cadenas comerciales.

“La duda es si el 17 por ciento se aplicará sobre el total del dólar o solo sobre esos 25 centavos. Si es lo segundo, el impacto real sería de apenas 4 o 5 por ciento en el precio final, algo casi imperceptible para el consumidor”, señaló.

Riveros Echeverría dijo que este nuevo esquema comercial trae un periodo de incertidumbre y volatilidad. “Nos movieron el tapete después de 30 años de operar bajo las mismas reglas. Va a tomar al menos tres años conocer el verdadero impacto de esta medida”, dijo. 

También, advirtió que la situación del campo sinaloense enfrenta un panorama complejo por inseguridad, falta de agua y ausencia de políticas públicas que garanticen certidumbre.


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